

Me moría que llegaran mis catorce años para poder ir al instituto y que me pasaran las mismas cosas que a ellos. Llegaron los catorce sí, y con ellos la cruda realidad: en España no tenemos las taquillas con códigos, ni tampoco equipos de rugby y baseball para que los chicos llevaran esas cazadoras tan fantásticas, no teníamos capitana de animadoras (ni tampoco animadoras, claro), una hamburguesería al lado del insituto, descapotables que pudiéramos conducir a partir de los 16 años y ni un Zack Morris del que todas nos pudiéramos enamorar... en fin, qué alegría ver que todo eso no existía y que la normalidad de mi insituto hacía que tuviera una adolescencia de lo más normal y feliz.
Después de Salvados por la campana ya llegaron Sensación de Vivir, Melrose Place, Felicity, ...pero sus historias no llegaron a marcarme tanto como las de Zack Morris y Kelly Kapowski. Y dicho sea todo, tampoco sus estilismos. Aquí van mis favoritos de Salvados, la prueba de que todo vuelve: los vaqueros pitillo de Jessy desgastados como ahora los lleva Rihanna y las deportivas de Zack que Lilly Allen se empeñaba en combinar con vestidos pensando que era cool.

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