Helen Mirren

Al ver las fotografías de la entrevista a en el New York Magazine me quedé ojiplática. Ésta mujer, a su edad, está fantástica -mi abuela y sus vecinas y compañeras de cotilleo no pensarían lo mismo, claro-. Pero no disimula. Pronto cumplirá 65 años y ya nos gustaría a muchas llegar así de estupendas a su edad.

No se esconde y se atreve a hacerse una foto como la de la bañera. Nada de espumas espesas e infinitas situadas en sitios estratégicos que no dejan ver nada. La Mirren no enseña, simplemente insinúa. Además, trabajo con varios hombres que dicen que las tiene bien puestas y que apartir de ésto mirarán a sus madres y tías con otros ojos. Entre ésto y lo de la Lomana no dan a basto.

Claro, una tiene la imagen de la actriz caracterizadísima en The Queen, con las gafas de pasta, el peinado y esos horribles conjuntos de falda pantalón que asustan a cualquiera. Además, esa expresión hierática que no cambia en toda la película.

La espero siempre en la alfombra roja por que sé que nunca me falla. Acierta, no exagera y no intenta aparentar algo que no es.


Y cuando no pisa la alfombra roja tampoco se queda atrás.


Además, luce los collares como pocas.