

Mi afición por los toros es completamente inexistente y se limita a seguir -vía revistas y programas del corazón- los escarceos amorosos de las sagas toreras: Riveras Ordóñez, Espartacos y Cordobeses varios. Tampoco me considero anti-taurina radical, pero las costumbres de la fiesta nacional no me atraen mucho, por no decir nada. Aunque ese mundo me llama bastante la atención, sobre todo con el fenómeno José Tomás, al descubrir que aglutina un regimiento de fieles que lo siguen allá por dónde va.
Pero me llama aún más la atención ver que genios como Armani, Lacroix, Gaultier y Galliano caen rendidos a los pies de los trajes de luces -qué bonito nombre para llamar a un atuendo, por cierto-. Armani se enamoró de Cayetano y su sobrina Roberta también -se veía a la legua que algo había entre ellos-, por lo que lo ficharon como imagen de la marca y hasta le hicieron un traje de faena. Como no entiendo mucho del tema, voy a abstenerme de criticarlo, porque no sé si sigue las tradiciones de los trajes de luces, pero a mi me gusta, mucho además.

Lo de Christian Lacroix ya viene de lejos. Su estilo barroco hace que el traje de la fiesta nacional sea una inspiración eterna para él. La Infanta Elena fue uno de sus estandartes en nuestro país luciendo muchos de sus modelos, pero en cuanto cesó temporalmente la convivencia con Marichalar, su elegancia se evaporó radicalmente y ha vuelto al estilo carca anterior. Una pena Elena, con lo que tu has sido.

John Galliano también ha tenido sus intentos y en la colección de alta costura de otoño de 2007 sacó algunos modelos de inpiración torera. Siempre ha hecho gala de sus raíces gibraltareñas, utilizándolas como españolas cuando le viene en gana, y es que en el extranjero queda muy exótico decir que tienes raíces cañís, la verdad. Además, finalizó el desfile vestido de torero, pero con su melenón al viento y un paseillo con pose final en la pasarela que haría temblar a cualquier purista. Eso sí, yo me quedo con Galliano antes que cualquier torero.


Jean Paul Gaultier es otro enamorado de la cultura española y de vez en cuando aprovecha para hacerle algún guiño.
